Los lixiviados y el problema ambiental que estos suponen son una consecuencia de nuestro modelo de sociedad, en la que la generación de residuos va aumentando año tras año a nivel mundial. Según un informe de Naciones Unidas, se prevé que solo los residuos sólidos urbanos aumenten de 2.300 millones de toneladas en 2023 a 3.800 millones en 2050. Este incremento de residuos provocará un mayor gasto en su gestión y en los costes ocultos como son la contaminación, la insalubridad y el cambio climático que su generación y acumulación causan, además de ello, aumentará la preocupación por las aguas lixiviadas al incrementar su generación.
Aunque la recogida y almacenaje de los residuos suele llevarse a cabo en vertederos controlados que siguen una normativa vigente, en ellos se genera una contaminación localizada que puede ser peligrosa para los ecosistemas que habitan cerca. Una de las consecuencias de esa acumulación localizada de basura es la generación de aguas lixiviadas. Las aguas lixiviadas o lixiviados son sustancias líquidas generadas por los residuos de vertederos y que circulan por él. Su aspecto es desagradable al presentarse como un líquido denso de color negro o amarillo, a veces con espuma, y de mal olor.
¿Cómo llegan a formarse esas sustancias? ¿Qué es la lixiviación?
Estas sustancias liquidas pueden formarse por la lixiviación del agua de lluvia, de restos de líquidos presentes en los residuos o de sustancias líquidas derivadas de la descomposición. Estos líquidos terminan circulando entre la basura y arrastran tanto materiales biológicos como químicos, mezclándose con residuos solventes y favoreciendo la oxidación de ciertos materiales metálicos. Al pasar el agua y lixiviar la mezcla de materiales presentes en el vertedero, su composición termina siendo muy variable, pues depende de los residuos presentes, la composición del suelo y la cantidad de lluvia.
¿Por qué son tan peligrosos los lixiviados?
La peligrosidad de los lixiviados deriva de los componentes que pueden generarlos, pues estos son considerados residuos peligrosos y altamente contaminantes, por lo que su mala gestión puede traer sanciones graves. Los lixiviados pueden contaminar los suelos causando su degradación y poniendo en peligro su biodiversidad, así como las aguas al llegar a ríos, lagos, mares o filtrar hasta llegar a las aguas subterráneas. Estas aguas pueden ser la fuente de agua potable de muchas poblaciones y seres vivos, por lo que su contacto con lixiviados pone bajo amenaza su salud.
¿Cómo minimizar el impacto de los lixiviados?
Una manera minimizar su impacto es limitando su proliferación mediante la correcta gestión de los residuos (separar los residuos para que sean valorizados correctamente). Esto reduce la llegada de basura a los vertederos, así como el tratamiento previo a su vertido de los líquidos con carácter contaminante. Este tipo de acciones provoca que los lixiviados de un país desarrollado y en vías de desarrollo sean distintos, al tener los primeros un mejor sistema de gestión.
Una vez ya generados, las aguas lixiviadas se consideran efluentes complejos, pues su tratamiento es complicado al presentar una alta concentración de elementos contaminantes, por ello, los vertederos deben de tener equipo de recogida, almacenamiento y tratamiento de lixiviados. Por un lado, para proteger el suelo pueden usarse distintas capas que limiten su filtración e impacto, como vegetación y suelo natural, hasta la utilización de materiales sintéticos para generar una capa impermeable.
Una vez recogido el lixiviado, si se trata de un vertedero de residuos peligrosos (RP), los lixiviados se colocan en balsas impermeables antes de ser tratados, y si es un vertedero de residuos no peligrosos (RNP), basta con una balsa de hormigón. Una vez recogidos, se procede a su tratamiento, un proceso donde destacan las siguientes alternativas:
- Evaporación: Tratamiento térmico mediante el cual se utiliza energía para evaporar los lixiviados, el sólido (lodo) restante se devuelve al vertedero.
- Biológico: Mediante tratamiento anaerobio (microorganismos que digieren materia orgánica en ausencia de oxígeno), o aerobio (microorganismos que necesitan oxigeno para poder realizar la digestión), se elimina la materia orgánica presente en el lixiviado.
- Membranas: Utilizadas para separar los distintos compuestos que forman el lixiviado mediante ultrafiltración, microfiltración, nanofiltración y ósmosis.
- Tratamiento fisicoquímico: Usar coagulantes y floculantes para eliminar mediante la sedimentación ciertos compuestos del lixiviado.